HABLEMOS DE DIABETES

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La diabetes es una de las principales causas de ceguera, enfermedades cardiovasculares y renales, y amputaciones de extremidades inferiores. ¿Qué es la Diabetes?

 

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el Cuerpo transmuta los alimentos en energía. Según indica el Centro para el Control y la prevención de enfermedades (C.D.C. por sus siglas en inglés), la mayor parte de los alimentos que consumimos se transforma en azúcar (glucosa), la cual es liberada al torrente sanguíneo para ser distribuida en todo el organismo. El páncreas es el encargado de producir una hormona, llamada insulina, que actúa como una llave para que la glucosa en la sangre entre a las células y sea usada como energía. Cuando el Páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina o el organismo no utiliza eficientemente la insulina que produce es que aparece esta enfermedad.

 

De acuerdo a la Federación Argentina de Diabetes (F.A.D.), en Argentina esta enfermedad afecta a 1 de cada 10 mayores de 18 años, lo que equivale a cerca de 3 millones de personas.  En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) el número de personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. A su vez, la prevalencia mundial de la diabetes en mayores de 18 años ha aumentado del 4,7% en 1980 al 8,5% en 2014, siendo los países de ingresos medio y bajos los más afectados.

 

La OMS clasifica 3 tipos de diabetes:

 

Tipo 1: La diabetes de tipo 1 (también llamada insulina-dependiente, juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Se desconoce aún la causa de la diabetes de tipo 1 y aun no se puede prevenir. Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Éstos pueden aparecer de forma súbita.

 

Tipo 2: La diabetes de tipo 2 (también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta) se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física. Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones. Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en niños.

 

Diabetes Gestacional: La diabetes gestacional se caracteriza por hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre) que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticar una diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos corren mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro. Suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.

 

Síntomas, diagnóstico y tratamiento:

En un informe de la Secretaría de Salud de la Nación se menciona que la diabetes puede ser asintomática durante varios años, ya que puede avanzar sin manifestaciones significativas, pero con el tiempo pueden aparecer:

  • Tendencia a infecciones en la piel.
  • Aumento de la sed.
  • Pérdida de peso.
  • Aumento del apetito.
  • Aumento de la producción de orina.
  • Sequedad de boca.

 

A su vez, explica que el tratamiento tiene 4 puntos principales:

 

  1. Plan de alimentación saludable.
  2. Actividad física.
  3. Tratamiento farmacológico: medicación vía oral o inyecciones de insulina, y otros dependiendo de los factores de riesgo asociados.
  4. Educación diabetológica: Incorporar conocimientos acerca de la enfermedad y las estrategias para los cuidados cotidianos es un componente esencial del tratamiento de la diabetes y otras enfermedades crónicas.

 

La OMS plantea que se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y sus complicaciones se debe:

  •  Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
  •  Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.
  • Consumir una dieta saludable, que evite el azúcar y las grasas saturadas;
  • Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.

 

Fuentes: Secretaría de Salud de la Nación/ O.M.S./ C.D.C../ Fundación para la diabetes /

Federación Argentina de Diabetes / International Diabetes Federation.

 

 

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